
Los actores se calzan y se descalzan a voluntad. Y es que aquí los zapatos tienen una gran carga simbólica (que no aromá- tica). ©Teatro Español.
El episodio que atrajo a Moisés Kaufman y a su troupe hasta Laramie –el brutal asesinato de Matthew Shepard, un universitario de 22 años, abiertamente gay, que fue golpeado, torturado, atado a una valla y abandonado en su agonía a la intemperie por dos jóvenes de su misma edad– carece en realidad de importancia escénica, porque este texto es pura intrahistoria: la muerte de Shepard no es desenlace sino punto de partida, una incitación al análisis, una reflexión forzosa, un muestreo sociológico que coge al espectador desprevenido, un palco con vistas a las entrañas de Laramie. Los familiares, amigos y conocidos de Shepard y de sus dos asesinos –quienes, en último término, no son menos víctimas que éste: no hay juicios sumarios ni moralejas fáciles en “El proyecto Laramie”– y las fuerzas vivas del pueblo (agentes del orden, profesores y estudiantes universitarios, médicos, periodistas, jueces, pastores y sacerdotes) desfilan ante nosotros con increíble –pero asumible– velocidad, revelándonos las contradicciones personales, las ideas recibidas, las justificaciones veladas, la tosquedad espiritual y el abotargamiento de la conciencia colectiva de un pueblo, ingredientes todos que constituyen la plácida semilla que hace germinar el odio. En Laramie, Wyoming, y en cualquier otro lugar del globo.
"El proyecto Laramie" es una obra novedosa en lo formal –a veces más cercana a un documental o a un reportaje que a una ficción teatralizada– e innovadora en lo plástico, con una puesta en escena minimalista y complicada a la vez (son los propios actores, que nunca abandonan la sala, los que gestionan vestuario y espacio escénico a partir de un limitado atrezo). La narración es trepidante y el dinamismo bestial: el que sólo puede desprenderse de la sucesión de setenta relatos breves llenos de fuerza. La música acompaña sin distraer, acoplándose espléndidamente al tono de cada nuevo testimonio. La traducción del texto original de Kaufman es –confiemos– intencionadamente literal en algunos pasajes y rezuma sabor local. La historia dura algo más de dos horas –sin intermedio– que se hacen perfectamente livianas dada la tensión emocional (conseguida y sostenida: magníficos, poéticos últimos minutos) del guión. Precios fabulosos. Última semana en Madrid, última semana para no perdérsela; última semana para ir al teatro y acudir a nuestra cita con el mundo.
- Obra: "El proyecto Laramie".
- Lugar: Sala Pequeña del Teatro Español (Madrid: c/ Príncipe, 25).
- Autor: Moisés Kaufman y Tectonic Theatre; traducción: Jorge Muriel.
- Dirección: Julián Fuentes Reta.
- Intérpretes: Ana Cerdeiriña, Mónica Dorta, Iñaki Guevara, Antonio Mulero-Carrasco, Jorge Muriel, Diego Santos, Consuelo Trujillo, Victoria Dal Vera.
- Duración: 2h. aproximadas.
- En cartel: del 13 de enero al 20 de febrero de 2011.
- Horario: Martes a sábado a las 20.30 h; domingos a las 19 h.
- Precio: 16€ (12€ martes y miércoles).
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