La campaña de Homoboulot se dirige especialmente a los responsables de Recursos Humanos de las empresas, con el fin de que éstos sean plenamente conscientes de las dificultades a las que se enfrentan las lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero (LGBT) a la hora de vivir su orientación sexual sin ser objeto de hostigamientos más o menos deliberados. Ocho carteles con el lema general de la asociación ("Todos iguales, sin disticiones!”) emplazan de esta manera a que sean RRHH los que transmitan este mensaje a través de las empresas.
Homoboulot explica la paradoja de que haya "nuevos derechos que el legislador francés otorgará a las parejas del mismo sexo" en los próximos meses, mientras que muchos trabajadores LGBT no podrán beneficiarse de ellos salvo si "declaran cómo son, algo que hoy en día dista de ser una decisión fácil". Y en efecto: la pertinencia de salir del armario en la oficina se ve obstaculizada por los prejuicios heterosexuales, empañados de una visión de la homosexualidad que a menudo se reduce a la sexualidad, véase simples casos de enculamientos entre gays.
Con el fin de luchar mejor contra estos prejuicios y de desdramatizar la homosexualidad, la asociación está distribuyendo folletos con este mensaje doble: ser homosexual o transexual, tener una pareja que sea hombre o mujer, todo esto no tiene importancia alguna; lo único que importa son las capacidades profesionales y el hecho de no recrearse día y noche en determinadas bromas (sexistas, raciales, homófobas o misóginas).