Los dos creadores de lujo italiano expresaron su hostilidad a la reproducción asistida – en particular la fecundación in vitro – y a la gestación subrogada – en particular las madres de alquiler para parejas gays – con diversas imágenes degradantes.
Dolce y Gabbana ya habían hecho uso en algunas ocasiones de su fe cristiana para decir todo lo malo que piensan de los gays que quieren casarse y formar una familia. En esta ocasión, en la entrevista a Panorama (que no ha sido publicada online), afirman que «la única familia verdadera es la familia tradicional». No quieren «hijos químicos ni úteros de alquiler: la vida se produce de forma natural. Hay cosas que no deben cambiarse».
Dolce añade, entre otras consideraciones, que la reproducción asistida y la gestación subrogada engendran «niños de la química, niños sintéticos. Úteros de alquiler, bebés por catálogo».
Y Gabbana, para dar un toque de misticismo, afirma que «la familia no es una moda. Hay en ella un sentimiento de pertenencia sobrenatural».
El 16 de marzo, Elton John posaba con sus dos hijos en Instagram. Algunos días antes, estallaba así: «¿Cómo os atrevéis a decir que mis maravillosos hijos son “sintéticos”?». Al hablar del «milagro» de los nacimientos que la fecundación in vitro ha permitido a parejas heterosexuales y gays, Elton considera la opinión de los dos modistos italianos «arcaica» y «desconectada de su época, igual que vuestras colecciones».
Y jura solemnemente: «No volveré a vestirme nunca más de Dolce & Gabbana».
El juramento va acompañado del hashtag que reproducimos aquí debajo.
Frente a la protesta, Dolce y Gabbana creyeron poder redimirse con el pretexto de las «informaciones falsas» o la incomprensión. Peor aún, corrompieron el eslogan «Je suis Charlie» convirtiéndolo en «Je suis D&G».
#BoycottDolceGabbana
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Comentario. ¿Boicotear a Dolce & Gabbana? Dos veces mejor que una.
Domenico Dolce y Stefano Gabbana son gays que avergüenzan a la comunidad LGBT. No porque se muestren hostiles al matrimonio homosexual, a la adopción homoparental, a la reproducción asistida y a la gestación subrogada (cada uno tiene sus opiniones). No porque lo digan alto y claro (cada uno se expresa como quiere). Sino porque lo hacen de la manera más mezquina que hay: lanzando un anatema a sus adversarios y haciendo el juego de manera ostentosa a los peores enemigos de la comunidad.
La mezquindad se transforma en abyección porque los modistos apelan a la libertad de opinión y se consideran víctimas de un atentado retórico.
Sí, boicotear a Dolce & Gabbana. Pero de una manera más sutil. Boicoteamos a la vez a los dos ex amantes y a su marca de lujo. Y declaramos que el boicot se acompaña desde ahora de un silencio absoluto: nunca más hablaremos de ellos. Boicot y basura.
Philca & carram / MensGo
(vía toda la prensa, entre otros The Telegraph del 15-03-2015)